Estamos a punto de regresar a la normalidad, a la “nueva normalidad”. Algunos incluso ya han retomado algunas de sus actividades cotidianas. Ha sido sumamente difícil quedarnos en casa y más para nosotros los junkies porque tuvimos que cambiar o incluso dejar nuestras rutinas, los entrenamientos, nuestros equipos, las competencias, pero hemos encontrado formas creativas de seguir adelante, de seguir entrenando y de seguir en contacto con nuestras tribus.
Este regreso a la nueva vida puede parecer incierto, incluso nos puede dar miedo que no volvamos a ser los mismos, pero ahí está la belleza de este cambio. Antes de regresar al trabajo, a los entrenos, a la rutina, detente un momento y piensa, ¿qué cosas quiero dejar atrás?
Tal vez sean las excusas para no entrenar, que si estamos cansados, que no hay tiempo, hay mucho trabajo, ya es tarde. Eso ya no vale, descubrimos que no importa si son altas horas de la noche, podemos hacer una rutina de ejercicio desde nuestra habitación, la sala o la cocina.
Tal vez sea el “no puedo”, no puedo correr tantos kilómetros, no puedo nadar, no puedo ir a rodar, no puedo hacer pesas. En este confinamiento descubrimos que cuando “nos retan” podemos conseguir cualquier cosa, correr o rodar kilómetros y kilómetros, hacer cientos de lagartijas, burpees o abdominales y ahí estuvimos cumpliendo reto tras reto, sin medalla, sin reconocimiento alguno más que la satisfacción de superarnos a nosotros mismos.
O a lo mejor es el miedo. Pero los que estamos aún aquí hemos sobrevivido, hemos superado el miedo, la confusión y la incertidumbre, con altas y bajas pero encontramos la forma de seguir adelante.
Así que, no importa lo que hayas sido antes, esta es una nueva oportunidad para dejar atrás todo eso que nos pesa y no nos deja avanzar. Es nuestro momento de dejar atrás todo lo que no nos sirve y transformarnos en una mejor versión de nosotros mismos.